Las nuevas generaciones de arquitectos se han formado en las más de veinticinco escuelas de arquitectura existentes en el territorio español desde el año 2000. Más jóvenes, muy preparados y con ideas frescas, estos arquitectos renovarán el compromiso social y político de la arquitectura de sus maestros, con un lenguaje propio y original y una calidad excepcional.
Durante los años ochenta y noventa, España se ha hecho más rica y más presente internacionalmente, y se empieza a construir en todos los rincones del país, con mucha calidad y muchos recursos. Pasados los grandes acontecimientos del 92, España se enfrenta a una profunda crisis económica, a un cambio de color político y también a un largo proceso de cambio generacional en la arquitectura y sus estamentos relacionados. Será vital que la generación que hizo que la arquitectura española llegase al Olimpo internacional pase el testigo a una generación más joven y muy bien preparada.
Con el relanzamiento político y económico, el Estado se plantea los retos del quinto centenario del descubrimiento de América, la Expo de Sevilla y la organización de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona. Estos retos tienen un fuerte componente arquitectónico y urbanístico, y el importante objetivo de la modernización del país. La arquitectura contemporánea española llega a su madurez y se hace adulta.
Con el cambio político en España, pronto cambiaron también las ideas y las consignas sociales. Fue la época del primer posmodernismo y de los primeros grandes equipamientos públicos y privados, de la Movida y de los bares y tiendas de diseño.
Los contactos entre Madrid y Barcelona fructificaron y ambas escuelas empezaron a conocerse mejor en los Pequeños Congresos y a discutir juntas las novedades que empezaban a llegar de Europa y América: Venturi y el pop, Rossi y la Tendenza, el neorracionalismo y los NY Five, Stirling y Tafuri.
El resurgimiento de la arquitectura contemporánea catalana y española tuvo su punto álgido a finales de los años cincuenta, coincidiendo con el desarrollismo y la apertura del régimen español. Esto también permitió que los arquitectos españoles viajasen y volviesen a participar en los foros arquitectónicos globales (CIAM, Team X, etc.).
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