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Si hay niños en las calles significa que la ciudad está sana como estructura social y ambiental. Nosotros los adultos hemos podido crear una ciudad para nosotros, una ciudad para trabajadores y una ciudad para coches, esto a un niño no le pasaría nunca por la cabeza. Sin embargo la ciudad para un niño es una ciudad para todos porque cuando piensa en espacios y en servicios siempre se preocupará de su hermano pequeño, de sus abuelos, de todos a gran y pequeña escala.

Una ciudad será adecuada para todos cuando también sea adecuada y esté pensada por y para los niños. Nosotros como adultos estamos revindicando que el espacio público sea el espacio de nuestros coches asumiendo como un derecho tener lugares donde aparcar ocupando grandes espacios y reduciendo las oportunidades que ofrecen estos espacios. Por lo tanto, proponemos que las calles sean para los peatones y para el disfrute de la comunidad, a través de la transformación de aceras y calzadas, promoviendo la reducción de la circulación y la velocidad para garantizar la seguridad de los peatones.

Trabajamos en la calle Providència, en el tramo dónde hay una escuela primaria.

Nuestro proyecto se enfoca en el ámbito educativo dándole visibilidad a zonas que en la actualidad son vulnerables. Cerca de la escuela no encontramos un lugar de encuentro o descanso para la comunidad.

Una calle de plataforma única es una vía urbana, habitualmente compartida entre peatones y automóviles en las cuales el material suele ser uniforme.

Para reducir el tráfico y que el conductor ocasional perciba que tiene que reducir la velocidad, incorporamos pavimentos rugosos. La distribución de jardineras, bancos y bolardos actúan como elementos de contención y seguridad.

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